Tuesday, June 13, 2006
Josefina la acosadora pop
Andy Warhol podría sentirse totalmente orgulloso de Líder. La cadena de supermercados ha logrado llevar los conceptos de reproductibilidad e ícono popular a niveles casi desesperantes.
Si bien la Patty Mesa y el perro guachaca de Lipigas habían logrado hacerse de un lugar dentro de los personajes Pop del año, Josefina Correa ha roto todos los parámetros.
Omnipresente como sólo Dios puede, sonriente como Ronald MacDonald y perfecta como sólo Forestín podía serlo, la nueva gerenta de Líder es un ícono del que ya no se puede escapar. Ahora entiendo a qué se refería Alberto Plaza con eso de "estás, detrás de cada puerta que me atrevo a cruzar, algo no quiere que te pueda olvidar". Sólo ayer tres personas me comentaron su franco odio por esta señora. Y si, puede que sea muy capaz, que se vea joven y quien sabe, tal vez es verdad que anda por los supermercados solucionando problemas cual Mery Poppins, pero nada de eso le da derecho a infiltrarse en la vida de los inocentes transeúntes, lectores o telespectadores de manera tan invasiva.
Ver su foto enla portada de una revista femenina (con resportaje incluido) fue extraño. Su primer comercial, hablando desde un podio a cientos de trabajadores, ok, una movida marketera. La aparición de su foto en la ventana posterior de las micros, emulando una portada de El Mercurio, fue extraño. Encontrarse con su perfil en los suplementos del día sábado, una lata. Prender el televisor y verla paseando cual hada madrina por el Lider, mmm una exageración. Salir a la calle y casi chocar con una paleta luminosa con su figura, tedioso. Ahora bien, todo eso junto, constituye algo muy cercano al acoso.
Seguramente ella es madre de alguien, tía de alguien y prima de alguien y por lo que nos cuentan, suponemos que trabaja durante toda la semana como muchas otras mujeres. El problema no es con ella como persona, sino como ícono. Esa sensación tipo "Naranja Mecánica" de estar forzados a verla, es algo extraña y escalofriante. Es probar demasiado la paciencia de la gente.
De tanta sobreexposición, Líder está logrando lo casi imposible: que personajillos algo odiosos como el Coronel Sanders de KFC, Chispita de Chilectra, Ronald MacDonald y hasta el mismísimo Don Graf parezcan totalmente adorables.
Si bien la Patty Mesa y el perro guachaca de Lipigas habían logrado hacerse de un lugar dentro de los personajes Pop del año, Josefina Correa ha roto todos los parámetros.
Omnipresente como sólo Dios puede, sonriente como Ronald MacDonald y perfecta como sólo Forestín podía serlo, la nueva gerenta de Líder es un ícono del que ya no se puede escapar. Ahora entiendo a qué se refería Alberto Plaza con eso de "estás, detrás de cada puerta que me atrevo a cruzar, algo no quiere que te pueda olvidar". Sólo ayer tres personas me comentaron su franco odio por esta señora. Y si, puede que sea muy capaz, que se vea joven y quien sabe, tal vez es verdad que anda por los supermercados solucionando problemas cual Mery Poppins, pero nada de eso le da derecho a infiltrarse en la vida de los inocentes transeúntes, lectores o telespectadores de manera tan invasiva.
Ver su foto enla portada de una revista femenina (con resportaje incluido) fue extraño. Su primer comercial, hablando desde un podio a cientos de trabajadores, ok, una movida marketera. La aparición de su foto en la ventana posterior de las micros, emulando una portada de El Mercurio, fue extraño. Encontrarse con su perfil en los suplementos del día sábado, una lata. Prender el televisor y verla paseando cual hada madrina por el Lider, mmm una exageración. Salir a la calle y casi chocar con una paleta luminosa con su figura, tedioso. Ahora bien, todo eso junto, constituye algo muy cercano al acoso.
Seguramente ella es madre de alguien, tía de alguien y prima de alguien y por lo que nos cuentan, suponemos que trabaja durante toda la semana como muchas otras mujeres. El problema no es con ella como persona, sino como ícono. Esa sensación tipo "Naranja Mecánica" de estar forzados a verla, es algo extraña y escalofriante. Es probar demasiado la paciencia de la gente.
De tanta sobreexposición, Líder está logrando lo casi imposible: que personajillos algo odiosos como el Coronel Sanders de KFC, Chispita de Chilectra, Ronald MacDonald y hasta el mismísimo Don Graf parezcan totalmente adorables.
Tuesday, June 06, 2006
Si es de cariño nomás...
Algunos días atrás, en Las Ultimas Noticias salió publicada una ínfima nota sobre un par de argentinos que emprendieron la tarea de crear un diccionario hispanoamericano de la injuria. para llevar a cabo su labor, contactaron a gente de diferentes países para que les contaran qué insultos se usaban en su tierra.
Consultados por el diario, los autores realizaron una comparación sobre esta materia entre Chile y Perú. De acuerdo a lo investigado por ellos, nuestros vecinos incluyen en su vocabulario bastante menos insultos que los chilenos. Esto, según los autores tiene la siguiente lectura: los peruanos utilizan menos su creatividad para la creación de injurias (ja! que poco ingeniosos, podrán decir algunos, inflando el pecho) lo que implica que son menos belicosos que nosotros (o hinchapelotas, para seguir con la tónica del tema).
Puede que tengamos más o menos garabatos que los vecinos (ojo: garabatos, aquellas palabras directas e injuriosas que no dejan lugar a dudas de su intención). Pero nuestro nicho principal ,y pasado por alto por los investigadores, es a mi parecer, ese hermano pasivo-agresivo del insulto : el sobrenombre.
Un sobrenombre se define, según el diccionario como el "nombre que sustituye al nombre", lo que implica que un apodo puede ser la ruina máxima para quien lo tiene que llevar por los siglos de los siglos. Pero esa definición se queda corta. Un sobrenombre es mucho más que eso: puede ser un código entre amigos, un pelambre encubierto, o una observación certera. De algún modo, es también un juicio adelantado que se hace a quien no se conoce, "bautizándolo" con alguna característica o conducta en particular.
Así es como dentro de todo ese universo de posibilidades, y pese al esfuerzo de los padres por elegir un nombre digno para sus hijos, surgen denominaciones como: el abollado, la choco, el topito, las peucas oxigenadas, el cri-cri, el tibetano, los muppet, comegalletas, la pituca, el fino, galán, el gigante egoísta, bob esponja, el siete estrellas, la catorce cruces, kien kiere kopete, canapé, osito polar, kalule, de niro, el boli, la feeeeaaaa, samuel y sus siete sapitos, el taza, ben affleck, samaro, el morocco, larguirunchis, david copperfield, el mago, el sopastontas, el tinvi, chispita te aconseja, illapu, conchitos, la chururú, los pitufos, muy este izquierdo, muestra gratis, la sopaipilla, el m&m...
Pero no se trata solo de injuriar, de bromear, ni de un ejercicio de ingenio superior (u ocio, muchas veces) sino de aquella potencialidad que encierra el apodo, en comparación al garabato: la posibilidad de camuflarlo. Esa puerta abierta para decir: bah, pero no te enojis, si es de cariño no más....
Consultados por el diario, los autores realizaron una comparación sobre esta materia entre Chile y Perú. De acuerdo a lo investigado por ellos, nuestros vecinos incluyen en su vocabulario bastante menos insultos que los chilenos. Esto, según los autores tiene la siguiente lectura: los peruanos utilizan menos su creatividad para la creación de injurias (ja! que poco ingeniosos, podrán decir algunos, inflando el pecho) lo que implica que son menos belicosos que nosotros (o hinchapelotas, para seguir con la tónica del tema).
Puede que tengamos más o menos garabatos que los vecinos (ojo: garabatos, aquellas palabras directas e injuriosas que no dejan lugar a dudas de su intención). Pero nuestro nicho principal ,y pasado por alto por los investigadores, es a mi parecer, ese hermano pasivo-agresivo del insulto : el sobrenombre.
Un sobrenombre se define, según el diccionario como el "nombre que sustituye al nombre", lo que implica que un apodo puede ser la ruina máxima para quien lo tiene que llevar por los siglos de los siglos. Pero esa definición se queda corta. Un sobrenombre es mucho más que eso: puede ser un código entre amigos, un pelambre encubierto, o una observación certera. De algún modo, es también un juicio adelantado que se hace a quien no se conoce, "bautizándolo" con alguna característica o conducta en particular.
Así es como dentro de todo ese universo de posibilidades, y pese al esfuerzo de los padres por elegir un nombre digno para sus hijos, surgen denominaciones como: el abollado, la choco, el topito, las peucas oxigenadas, el cri-cri, el tibetano, los muppet, comegalletas, la pituca, el fino, galán, el gigante egoísta, bob esponja, el siete estrellas, la catorce cruces, kien kiere kopete, canapé, osito polar, kalule, de niro, el boli, la feeeeaaaa, samuel y sus siete sapitos, el taza, ben affleck, samaro, el morocco, larguirunchis, david copperfield, el mago, el sopastontas, el tinvi, chispita te aconseja, illapu, conchitos, la chururú, los pitufos, muy este izquierdo, muestra gratis, la sopaipilla, el m&m...
Pero no se trata solo de injuriar, de bromear, ni de un ejercicio de ingenio superior (u ocio, muchas veces) sino de aquella potencialidad que encierra el apodo, en comparación al garabato: la posibilidad de camuflarlo. Esa puerta abierta para decir: bah, pero no te enojis, si es de cariño no más....
Sunday, June 04, 2006
Los pingui slogans
No fue el aprendizaje concienzudo del verso alejandrino, la métrica o la sinalefa. Fueron las alianzas, el aniversario del colegio, el interescolar, los partidos de las selecciones deportivas...Tanta experiencia acumulada creando gritos, cantos , forzando rimas y viendo comerciales del "llame ya" tenía que mostrar su frutos en algún momento. Entonces, qué mejor ocasión que el paro para mostrar la lírica pinguinistica en su máxima expresión.
Los elegidos son:
Los elegidos son:
- "La LOCE es looser"
- "Revolución pingüina"
- "Sólo sé que no LOCE"
- "Porompompó, porompompó, el que no salta es el ministro de educación..."
- "Vachele querimos mejor heducasión"
- "Tía Michelle ¿me fía la PSU?"
- "Se me conjela el cerevro, keremos kalefacsión"
Thursday, June 01, 2006
Tuesday, May 30, 2006
Paréntesis deuncuantohay
La marcha de los pingüinos continúa y al finalizar el primer día de paro nacional, estos fueron los cómputos de acuerdo a lo registrado por los canales de televisión:
-Nº de escolares movilizados: 600 mil
-Nº de escolares detenidos: más de 300
-Nº de carabineros lesionados: 9
-Nº de civiles lesionados: 17
-Nº de carabineros tirándole el pelo a niñita: 1
-Nº de carabineros disfrazados de Tortugas Ninja: pfff....
-Nº de lanzas robando carteras desde autos: 1
-Nº de lanzas detenidos por robar carteras desde autos: 0
-Nº de lanzas robando celulares a escolares: 1
-Nº de escolares que se fueron detenidos con el lanza que les robó el celular: 1
-Nº de papás que llevaban matas de apio para la comida de las tomas: 1 (apio? no encontró algo más complicado?)
-Nº de alumnos heridos por balines de goma disparados por el hijo de la sustentadora del colegio: 2
-Nº de escolares escondidas de los carabineros en la casa de una señora de Maipú: 3
-Nº de guardias que repelieron a escopetazos la toma de un colegio : 1
-Nº de carabineros que utilizaron exceso de fuerza: ...
Otro artículo sobre el paro, aquí.
-Nº de escolares movilizados: 600 mil
-Nº de escolares detenidos: más de 300
-Nº de carabineros lesionados: 9
-Nº de civiles lesionados: 17
-Nº de carabineros tirándole el pelo a niñita: 1
-Nº de carabineros disfrazados de Tortugas Ninja: pfff....
-Nº de lanzas robando carteras desde autos: 1
-Nº de lanzas detenidos por robar carteras desde autos: 0
-Nº de lanzas robando celulares a escolares: 1
-Nº de escolares que se fueron detenidos con el lanza que les robó el celular: 1
-Nº de papás que llevaban matas de apio para la comida de las tomas: 1 (apio? no encontró algo más complicado?)
-Nº de alumnos heridos por balines de goma disparados por el hijo de la sustentadora del colegio: 2
-Nº de escolares escondidas de los carabineros en la casa de una señora de Maipú: 3
-Nº de guardias que repelieron a escopetazos la toma de un colegio : 1
-Nº de carabineros que utilizaron exceso de fuerza: ...
Otro artículo sobre el paro, aquí.
Sunday, May 21, 2006
¿Cuál es mi cámara?
Llámese el ingenio del chileno, la picardía criolla o culquiera de esos eufemismos. Aquí hay dos ejemplos de "pequeños grandes personajes pop" que han logrado hacerse de su fama y captar la atención de la opinión pública.
. La "burda" fanática del contraplacado y sus coqueteos con la fama.
. El can detrás de "Lleve el amarillo, lleve la moda". (reseña histórica incluida aquí)
. La "burda" fanática del contraplacado y sus coqueteos con la fama.
. El can detrás de "Lleve el amarillo, lleve la moda". (reseña histórica incluida aquí)
Saturday, May 20, 2006
La marcha de los pingüinos
En algún tiempo, ser pingüino era lo más degradante de la escala social fraternal. Me explico. Ser colegial e ir en básica por ejemplo, equivalía a ser un paria frente a los hermanos mayores, generalmente secundarios.
Ellos, los onderos, iban a fiestas , conocían a Antúnez que iba en tal colegio, al Negro, al Chino, a la Cata Nosécuanto, a la Flaca y un millón de otros míticos personajes de los que se sabía toda la vida, pero eran intocables, míticos, lejanos. Los hermanos grandes se las sabían todas y por supuesto siempre estaban donde las papas quemaban.
Pasó el tiempo. Al llegar a primero medio el mundo parecía relajarse...Pero no. Todo el impetu quinceañero-adrenalínico era un dolor de cabeza constante para los hermanos que en el intertanto preparaban la Prueba y, con la seriedad de quien pasa su última noche en el corredor de la muerte, trataban de elegir qué estudiar en la universidad.
Siempre un paso atrás, cuando llegaábamos a ese momento, "los grandes" ya estaban en la universidad, que ahora se llamaba simplemente "U" y que daba la libertad suficiente para que el hermano de turno lanzarab a la hora del té sus eternas peroratas sobre la represión simbólica del uniforme y la corbata. Y la soga (esa de género y a líneas) apretaba más y más el cuello.
El hecho de usar ese simple trapo atado en la forma de un lazo, un moño, con piocha, sin piocha, flaco, gordo como empanada o amarrado de por vida alrededor de un elástico, implicaba que su portador era un ser en desgracia. Tal como a algunas etnias se les forzó a usar en tiempos de guerra un sombrero rojo, una estrella amarilla o una banda morada, el escolar hace evidente mediante este lazo, su condición. Esa misma que le hará soportar la espera eterna por un micrero de buen corazón, la mirada malagestada de la viejita en el metro, la venta de malagana de un cigarrillo, las suposiciones malintencionadas de los transeúntes un lunes a las 11 de la mañana...
Con los eventos de las últimas semanas, más allá del factor hormonal, me parece que algo hay distinto. La marcha de los pingüinos, más allá de captar adeptos o detractores a sus peticiones, refleja la revuelta de una generación cansada de estar siempre un paso atrás. En ese sentido, si bien los contenidos mínimos, los aguachentos libros de lectura obligatoria y la remolona jornada escolar completa no han logrado que el nivel de calidad de la enseñanza se haya superado, siquiera en lo que respecta a sentido social y construcción de la comunidad, los fracasos del sistema han tenido como resultado un gran éxito: un grupo de chilenos que movidos por un ideal, por sus hormonas o por el modelo neoliberal (convengamos en que las peticiones sólo apuntan al bolsillo), están dispuestos a peléarsela al sistema y a exigir lo que consideran justo como los ciudadanos (y consumidores) que son.
Como los pingüinos que se nos olvida fuimos también.
Ellos, los onderos, iban a fiestas , conocían a Antúnez que iba en tal colegio, al Negro, al Chino, a la Cata Nosécuanto, a la Flaca y un millón de otros míticos personajes de los que se sabía toda la vida, pero eran intocables, míticos, lejanos. Los hermanos grandes se las sabían todas y por supuesto siempre estaban donde las papas quemaban.
Pasó el tiempo. Al llegar a primero medio el mundo parecía relajarse...Pero no. Todo el impetu quinceañero-adrenalínico era un dolor de cabeza constante para los hermanos que en el intertanto preparaban la Prueba y, con la seriedad de quien pasa su última noche en el corredor de la muerte, trataban de elegir qué estudiar en la universidad.
Siempre un paso atrás, cuando llegaábamos a ese momento, "los grandes" ya estaban en la universidad, que ahora se llamaba simplemente "U" y que daba la libertad suficiente para que el hermano de turno lanzarab a la hora del té sus eternas peroratas sobre la represión simbólica del uniforme y la corbata. Y la soga (esa de género y a líneas) apretaba más y más el cuello.
El hecho de usar ese simple trapo atado en la forma de un lazo, un moño, con piocha, sin piocha, flaco, gordo como empanada o amarrado de por vida alrededor de un elástico, implicaba que su portador era un ser en desgracia. Tal como a algunas etnias se les forzó a usar en tiempos de guerra un sombrero rojo, una estrella amarilla o una banda morada, el escolar hace evidente mediante este lazo, su condición. Esa misma que le hará soportar la espera eterna por un micrero de buen corazón, la mirada malagestada de la viejita en el metro, la venta de malagana de un cigarrillo, las suposiciones malintencionadas de los transeúntes un lunes a las 11 de la mañana...
Con los eventos de las últimas semanas, más allá del factor hormonal, me parece que algo hay distinto. La marcha de los pingüinos, más allá de captar adeptos o detractores a sus peticiones, refleja la revuelta de una generación cansada de estar siempre un paso atrás. En ese sentido, si bien los contenidos mínimos, los aguachentos libros de lectura obligatoria y la remolona jornada escolar completa no han logrado que el nivel de calidad de la enseñanza se haya superado, siquiera en lo que respecta a sentido social y construcción de la comunidad, los fracasos del sistema han tenido como resultado un gran éxito: un grupo de chilenos que movidos por un ideal, por sus hormonas o por el modelo neoliberal (convengamos en que las peticiones sólo apuntan al bolsillo), están dispuestos a peléarsela al sistema y a exigir lo que consideran justo como los ciudadanos (y consumidores) que son.
Como los pingüinos que se nos olvida fuimos también.
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