Hace quince días aproximadamente, una nueva figura femenina irrumpió en las portadas de los matutinos nacionales con bombos y platillos. Sin mucho que hablar, pero con un cuerpo firme y "hecho a mano" Adele hizo su breve pero contundente entrada triunfal en los noticieros, programas radiales, diarios y cualquier conversación familiar de domingo tipo cuatro de la tarde.
¿Quién es esta recién llegada?. Adele (asi con la E bien pronunciada, como la "bautizó" en televisión un funcionario de investigaciones) que, como toda figura del jet set nacional que se precie de tal, se hizo conocida a través de un escándalo.
Fue cuasi secuestrada por un período poco más largo que un suspiro, causando conmoción, pánico y una palidez impactante entre quienes la hospedaban durante su visita a Chile. En un abrir y cerrar de ojos un héroe la encontró sana y salva, y en un extraño giro de la historia, terminó siendo que el hombre era realmente su captor.
Desde las teleseries de Grecia Colmenares que no se veía tanta maraña junta (y de forma tan pública) . El afiebrado, flacuchento y algo cleptómano Batman criollo, tras capturarla (y aparecer la noticia hasta en los diarios de vida) se sintió corroído por la culpa, apresuradamente inventó una excusa inverosímil y dejó en libertad a la sufrida Adele.
Por culpa de esta fémina, Milan Ivelic se auto-mechoneó incontables noches, el gobierno francés acabó con la reserva mundial de Panadol y el Consejo Nacional de la Cultura pidió la construcción de una mesa gigante para meterse debajo y esconder su verguenza para siempre, al tiempo que hasta el barrendero contaba cuando le robaron su monito de plasticina en el kinder...
Asi Adele pasó de ser una figura importante a protagonista de primera línea, llegando a ocupar brevemente esos espacios donde tradicionalmente sólo algunas divas del solarium como Daniella y Carlita pueden reinar.
Las Ultimas, La Cuarta, El Mercurio...Todos se peleaban por una foto de Adele, todos querían saber si gozaba de buena salud, si estaba en estado de shock, sus admiradores eran entrevistados en todas partes y todo el mundo tenía algún comentario que hacer sobre el caso de la señorita A.
Nadie preguntaba por los detalles ardientes de "El beso", ni por las polémicas dudas de "El pensador"...sólo existía ella, la codiciada mujer por la que un país entero se sentía avergonzado y tercermundista.
El fin de semana del retorno de Adele, cerca de 12 mil vistitantes quisieron estar a su lado en el Museo Nacional de Bellas Artes, pero pese a las buenas intenciones, aparentemente ninguno había leído el diario cuidadosamente: la belleza gala estaba en período de observación para corroborar que no hubiera sufrido ningún daño después de los impactantes incidentes.
Y todo pasó. En algunos días, los medios olvidaron a Adele (tal como pasó antes con Denisse, Karen y hasta el mismísimo Maluenda). Pero, pese a su breve reinado, la francesita hija de Rodin sigue en los corazones de aquellos que, aunque saben que ya no se la puede ver, siguen visitando a sus colegas para vislumbrar algo más sobre esta mujer que sin duda, es más que sólo un cuerpo bonito.
Auguste Rodin, Retrospectiva: 62 esculturas, 30 dibujos y 28 fotografías de la colección del Museo Rodin de París. Hasta el 07 de agosto en el Museo de Bellas Artes.
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